Algo acerca de por qué puede ser beneficioso para los niños participar en actividades grupales: Expresión teatral
La expresión teatral en niños de primera infancia y edad escolar:
El niño aprende que puede separarse de sus padres al estar en otro ambiente, del que comparte con sus pares. Comprueba que no le ocurre nada malo. Esto lo hace sentir seguro. Además en el grupo dirigido por adultos, se dan pautas claras y directas para que todos comprendan que deben respetar al compañero o compañera de tareas, no podrán realizar acciones que lastimen al otro. Debe cuidar su cuerpo y el del compañero. Los elementos que utilicen en el espacio de trabajo grupal, deben ser guardados por el propio niño luego de terminada la tarea. Esta es una manera de reforzar los hábitos impartidos en el hogar y en la institución educativa formal a la que concurran. Entiende que el grupo es un lugar donde se le propone jugar, moverse, interactuar con los demás, cuidándose a sí mismo, al otro y el espacio. En muchos casos, se observan niños que temen dejar su ambiente familiar, como suele ocurrir en la primera infancia. Las razones tienen que ver con apartarse de lo que les es conocido, lo cotidiano. Esto produce una sensación de temor, de angustia ante lo nuevo. Pero poco a poco en su exploración comienza a conocer eso nuevo, lo cual pasa a transformarse en algo positivo y conocido, al comprobar que disfruta de su juego, de su expresión, se siente contenido, escuchado y se le ofrecen elementos para ser usados como desee en sus juegos. Al principio, todo le resulta nuevo, pero observará que también para sus compañeros lo es. Y por imitación y también por su propia curiosidad y capacidad explorativa, comenzará a apropiarse del espacio y los elementos del espacio al desarrollar sus juegos. Se trabaja desde la espontaneidad, la sensibilización corporal, el reconocimiento de sí y el otro y el reconocimiento del espacio permitiendo la posibilidad, de expresión, solo a través de algunas pocas pautas de juego.
El niño experimenta libertad para expresarse, sin críticas ni exigencias. No hay ninguna autoridad en el sentido de señalar cuál será el juego adecuado. Los roles que va asumiendo son seleccionados por él, en una historia que elige y que se irá modificando con la intervención de sus compañeros. El adulto a manera de guía que observa y habilita, irá ligando junto con él algunos de los roles que van surgiendo, de manera que otros niños también vayan uniéndose, participando en la trama de la historia que finalmente entre todos van creando. La intervención de los demás compañeros, se va dando de tal manera que el rumbo inicial de una primera historia creada colectivamente puede cambiar. Así van surgiendo ideas que se entrecruzan en la salida al paso de una distinta de otro compañero. De a poco, se arma una trama en el hacer-deshacer en cada encuentro grupal, pues el niño cambia su juego, agrega y saca elementos, crea. En ese camino, el grupo va encontrando una trama, una de esas tantas historias que fueron y vinieron y ellos mismos cambiaron, aceptando y rechazando elementos en el transcurso de los distintos encuentros. Cuando por fin está ya representando un rol, un personaje asignado por él mismo o por sus compañeros en una cierta historia que quiere contar, aprende a dosificar sus intervenciones, sus tiempos. Debe esperar la intervención del compañero. Dar paso así a la manera grupal en una historia donde todos los personajes están relacionados según el grupo mismo eligió para dar sentido a la historia que elige para mostrar. Hay una espera, del momento para hablar, para moverse, o para hacer silencio, el momento oportuno. Debe permitir la entrada del otro, de un otro, hacerle un lugar. Es fundamental este concepto en el niño, porque debe esperar "su" momento, que no es cualquier momento sino el que su compañero le otorga. El niño se encuentra en el desafío de prestar atención a su turno. Debe atender a la escena en forma global que va a representar y también a los detalles ´de la misma. Tiene que organizarse, puede hablar, o callar, o moverse pero solo en el momento adecuado que marca su turno. Está presente, por tanto, el concepto de ritmo, en el lenguaje, en su cuerpo, en el movimiento. Si se mueve o habla antes o después, la escena pierde su sentido, su lógica. Aprende a controlar sus movimientos y a organizarlos porque comprende que no puede moverse inapropiadamente en momentos donde se espera que realice tal o cual movimiento y no otro, para que esa acción tenga sentido en ese contexto dado. Estos aspectos vienen a fortalecer su concentración, su atención, va a ir controlando su impulsividad, fundamental en la contribución a su aprendizaje académico. Pero es bien importante que el niño aprenda a disfrutar de sus juegos, que fortalezca su imaginación, que pueda crear.
En los talleres de expresión teatral se logra trabajar todos estos aspectos, de esta manera el niño va encontrando "lugares " tal vez nunca explorados por él, irá despertando aptitudes ya presentes en él. El trabajo grupal en los talleres de expresión teatral, bien puede tenerse en cuenta como apoyo al docente en el aprendizaje académico con niños y adolescentes.
Estela Caussade Fraga
Tallerista de Teatro
Lic en Psicología
098319375
estecau@gmail.com