viernes, 13 de abril de 2012

Sus obras nunca han sido vendidas, ya que se niega a despegarse de sus originales sin importar lo que ofrezcan por ellas, se considera un artista comercial y siente un profundo orgullo por ello, sus ilustraciones representan al mundo del jet set donde la estética y el glamur es más importante que respirar. Se sonríe picarescamente de ese mundo y lo aprovecha para enriquecer su trabajo. Las revistas más vendidas del mundo, Vongue EEUU, The New York Time, Visionarie entre otras le han dedicado su portada y continúan encargándole más ilustraciones para embellecer sus páginas. Su influencia proviene de los retratistas Franceses del siglo XIX con una mixtura de las ilustraciones de moda de los años 50`y 60`.
Jordi Labanda oriundo de Mercedes (Uruguay) con 44 años es el ilustrador de moda más reconocido de estos tiempos. Vive en España desde pequeño y pese a que en odas partes menciona que es uruguayo nunca ha vuelto a sus pagos. En Barcelona se han encontrado grafitis que rezan “Muerte a Labanda”. Tiene tantos seguidores como personas que lo detestan y acusan por inculcar el consumismo y no preocuparse por la realidad de los pobres a lo que contesta: “ver cómo mi trabajo no deja indiferente a nadie y traspasar la barrera de los social; para un artista es algo muy importante”. Su reconocimiento internacional lo han llevado a crear y vender miles de productos con sus ilustraciones, desde libretas a toallas y hasta Nissan la marca de auto tiene dos modelos con su nombre. Ha publicado dos libros con sus ilustraciones en Uruguay se puede conseguir en algunas librerías pero el costo supera los dos mil pesos y contiene las mismas imágenes que pueden descargarse de internet, también tiene una marca de ropa y a generado una extraña tendencia a que jóvenes y no tan jóvenes se reconozcan como “Chicas y chicos Labanda”. Sus comentarios sobre el arte se desarrollan dentro de los conceptos de la posmodernidad donde la moda, el diseño, el arte y los desechos son la misma cosa, en muchas oportunidades Labanda ha planteado que sus obras son un producto comercial que normalmente son por encargo, pero que pasaría ¿si estos trabajos se colgaran en una galería o museo? Aunque su finalidad es aparecer en un medio de comunicación él considera sus trabajos obras de arte y se cuestiona si hoy en día las revistas no son los nuevos museos.
El arte está pasando por momentos de redefinición, son difusos los límites entre la moda y el diseño y el arte e incluso el mundo del espectáculo, mas aun son difusos los límites al considerar artista a una persona, alcanza con ver los programas de televisión para ver con que liviandad se le adjudica a una persona el titulo de artista. Y Labanda lo tiene claro, él es un mercenario del mercado, todo lo que hace o lo que garabatea es vendible, por cientos aparecen imitadores que quieren ocupar el lugar del nuevo Warhol del arte, aquel banalizaba la imagen y la celebridad este increpa a la moda y al jet set, a los mas cool y adinerados haciéndoles creer que los macamos lánguidos y alarmantemente parecidos entre si son ellos. Lo peor es que se lo creen y cada vez ponen más empeño para parecerse a sus ilustraciones.