jueves, 3 de mayo de 2012

Conciencia Obrera.

Mi abuelo me contaba historias del frigorífico nacional, historias graciosas, trágicas y de coraje, la fraternidad que compartía con sus compañeros, los reclamos que hacían juntos y de cómo esperaban en la huelga con ocupación a los militares encargados del desalojo con las cuchillas en las manos y el agua hirviendo. Él como muchos otros no terminó la escuela, apenas tercer año, pero en su ignorancia sabían que hay derechos que no se tocan, cosas que no se transan y decisiones por las cuales no se dudan. El primero de mayo paso sin pena ni gloria, tres actos, tres separaciones entre los obreros y tres búsquedas de poder que ensanchan la brecha entre los mismos, el triángulo amoroso se recriminaba intermitentemente uno a los otros. Con discursos cargados de promesas y utopías que no se reflejan en la realidad. Desde hace un tiempo, no me atrevo a decir desde cuándo porque no quiero condicionar la opinión del lector, pero desde hace bastante, el primero de mayo ha dejado de ser un día para el descanso de todos los obreros y poco a poco el trabajo ha aumentado circunstancialmente, desde un inicio sabíamos que los servicios indispensable como medicina y bomberos permanecían de guardia más que nada por una cuestión de seguridad y no por opción, pero hoy abundan los negocios y servicios que abren este día tan especial para el trabajador. Hace unos años cuando era un púber recuerdo que grandes cadenas de supermercados eran apedreadas si osaban abrir sus puertas y se tildaba de carnero a cualquiera que osara incluso pensar en trabajar este día. Hoy simplemente se justifica con “me pagan triple” o “capaz que precisa la plata” y los movimientos de trabajadores apoyando esta postura han emblandecido su postura sobre el caso. La cultura del obrero ha cambiado, ha sucumbido ante la promesa del bienestar y la supuesta preferencia o favoritismo del patronato por trabajar este día. ¿Que nos ha pasado? ¿Cuál ha sido el cambio radical que no lleva a trabajar medio día o día entero que nos pertenece por derecho y que tanta sangre ha costado? Parece un simple idealismo romántico esta postura, pero no lo es. El trabajador que decide cumplir su jornal no ve un cambio en su remuneración que sea tan importante como para sacrificar su día libre con pago, no entiende que en cambio sacrifica su autonomía y retrocede un paso enorme en sus derechos laborales. El que trabaja medio día no comprende que el patrón pagó prácticamente lo mismo que por un jornal entero pero que genera más ganancia en esas cuatro o seis hora que en todo un día y por lo tanto el obrero trabaja más y su contratante no tiene pérdidas económicas ya que la gente actúa como si se fuese a acabar el mundo y compra el doble de lo necesario. ¿Qué ha pasado? Vuelvo a preguntar. ¿Por qué el movimiento obrero no actúa ante esta alarmante tendencia al servilismo laboral? ¿Acaso la organizaciones que respaldan los derechos del trabajador se han re emblandecido? ¿Acaso como estas ramas del empleo no poseen lamentablemente un sindicato fuerte quedan relegadas a su suerte? ¿Qué se está haciendo para que esto no suceda? Digamos que es negligencia, pensemos que es un desliz que se viene transformando en resbalón en los últimos años, no pensemos que es a cambio de favores o por oficialismo. Seamos inocentes por un año más y dejemos que nuestra credulidad no nos haga pensar que quienes luchaban por nosotros y a quienes les confiamos la defensa de nuestros derechos hoy nos etiquetan un número de barra y nos colocan en la góndola para vendernos.