sábado, 9 de marzo de 2013

Garroneo una silla

Garroneo una silla En la mesa de La Taberna Prendida de un verso oculto Olvidado en la barra Irrumpió atropellado Y, grito ¡¡servirme una!! Aquel rincón se inundo de algarabía por su vuelta Con su escoba bailo, jugo y le susurro una clarinada El chico sorprendió, con su tono grave El repique se confundió con un piano de longa fundida Coro de canciones invisibles, Desentonadas seducieron a la luna de febrero que los embriago de rocio Ritual eterno al son de los grillos Arrabalera pasión de puertas abiertas Inquilina del dios popular El Pierrot se cuela por la estación de tren olvidada Y se sube en una zorra improvisado escenario que desencadena la sonrisa desenfrenada de un barrio alejado Donde en un mediotanque se consume la bronca, las ilusiones, el dolor de un tiempo pasado y de uno porvenir Un borracho se pierde en la trasnoche con los pies descalzos sobre el adoquin murmurando con una botella vacià cual piropo juvenil gonzalo wittmann