viernes, 8 de julio de 2011

¿Diferente cultura: diferente sexualidad?


Sabemos por definición que la cultura es el conjunto de patrones, costumbres, comportamientos, religiones, etc., por los que una sociedad se manifiesta y caracteriza pero ¿puede esta marcar nuestra forma de vivir y disfrutar nuestra vida sexual?
Según la W.A.S (World Association for Sexual Health) la sexualidad es una dimensión central del ser humano que incluye el sexo, el genero, la identidad sexual y de genero, la orientación sexual, el erotismo, los afectos, el amor, la reproducción. Es vivida y expresada en pensamientos, fantasías, deseos, creencias, actitudes, valores, roles, relaciones, acciones. Es el resultado de la interacción de los factores biológicos, psicológicos, SOCIALES, CULTURALES, étnicos, RELIGIOSOS y espirituales.
La respuesta entonces: SI, en el correr de la historia nuestro mundo con sus diferentes culturas ha sabido darnos el modelo y el marco de la sexualidad que espera de nosotros.
Si hoy en día, siglo XXI, aun seguimos sintiendo cierta represión sexual imaginemos lo que han vivido hombres y mujeres de otros tiempos, entendiendo que varia de un lugar a otro, según la época y las creencias morales-religiosas.
Por citar algunos ejemplos: en la prehistoria se cree que no había limitantes para el sexo entre hombres y mujeres, podemos saber como era su vida sexual a través de pinturas de danzas fálicas y grabados en piedras de genitales masculinos y femeninos, la relación sexual era una forma de asegurar la continuidad de la especie; en el antiguo Egipto la sexualidad podía vivirse con libertad, las mujeres tenían una posición privilegiada, existían las prostitutas sagradas y se permitía el incesto (siendo común el casamiento entre hermanos); en la antigua Grecia se le daba gran importancia a la sexualidad, teniendo una educación sexual abierta, no juzgaban la infidelidad, las orgías, la homosexualidad. Por el contrario, las grandes religiones como el Cristianismo, el Islamismo y el Judaísmo imponen a sus fieles comportamientos que reprimen su vida sexual ya que es considerada un acto sucio e impuro cuando no es vivida en las circunstancias esperadas (dentro del matrimonio y con el fin de procrear).
Actualmente en Latinoamérica podemos vivir una sexualidad libre, somos tolerantes y entendemos la importancia que ella tiene en nuestros vínculos y relaciones, pero aun dejamos que nuestra cultura y religión determine parte de nuestro comportamiento.


Alba Silva
Técnica en Sexología y Educación Sexual – Orientadora Sexual