viernes, 28 de enero de 2011

Tupí or not tupí por Micaela Fraga


TUPÍ OR NOT TUPÍ, that is the question

La literatura produce identidad, y no lo hace solamente por reafirmar lo identitario sino, también, por problematizar la realidad a la que se refiere. La literatura en todos sus géneros permite repensar, imaginar y reimaginar lo propio.
La literatura moderna latinoamericana con sus escrituras metaliterarias ha jugado un papel importantísimo en la búsqueda de la descolonización de la identidad profunda. Pongamos como ejemplo el Manifiesto Antropófago del modernismo brasilero. Este escrito de Oswald de Andrade fue publicado el 1º de mayo de 1928 en el primer número de la Revista de Antropofagia, publicada en el Diario de Sao Paulo. Las fuentes explícitas del texto provienen de Marx y el Manifiesto Comunista, en lo que respecta a la revolución social; de Freud y Breton en la recuperación de lo primitivo en el hombre civilizado y De Montaigne y Rousseau en tanto el revisionismo de los conceptos “bárbaro” y “primitivo”. Oswald de Andrade transforma al “buen salvaje” de Rousseau en un mal salvaje, devorador del Europeo, capaz de asimilar al otro para dar vuelta a la tradicional relación colonizador/colonizado. Oswald pregona la necesidad de desacralizar al patriarca (símbolo responsable de la sociedad capitalista) por medio del ritual antropofágico, totemizándolo: “la transformación permanente del tabú en tótem”. Se trata de un acto religioso que nada tiene que ver con la gula, el indio incorporaría así los atributos del enemigo eliminando las diferencias
La metáfora de la antropofagia, que implica comerse al otro, está en estrecha relación con los conceptos de transculturación manejado por Ángel Rama y de heterogeneidad utilizado por Cornejo Polar. Dichos autores, pilares de la crítica literaria latinoamericana, problematizan sobre el concepto de identidad y de cultura. Si bien los conceptos son distintos, heterogeneidad y transculturación no son ideas que necesariamente se opongan; la transculturación propuesta por Rama presupone la heterogeneidad. Precisamente, y más allá de las distintas nomenclaturas, existe un denominador común que es innegable: la multiculturalidad.
En efecto, Cornejo Polar en su trabajo “Escribir en el aire” de 1993, plantea que la problemática en torno a la identidad se remonta a los comienzos del siglo XX. El concepto de heterogeneidad, dice el autor, “me fue inicialmente útil (…) para dar razón de los procesos de producción de las literaturas en las que se intersectan conflictivamente dos o más universos socio-culturales (…) Entendí más tarde que la heterogeneidad se infiltraba en la configuración interna de cada una de las instancias(1) haciéndolas dispersas, quebradizas, inestables, contradictorias y heteróclitas dentro de sus propios límites”.
Por su parte, Ángel Rama en Transculturación de la narrativa en América Latina, plantea que la literatura latinoamericana nació como una “otredad” que la imposición colonizadora nunca reconoció. El concepto de transculturación es acuñado por Fernando Ortiz y Rama lo desarrolla de la siguiente manera: “Entender que el vocablo transculturación expresa mejor las diferentes fases del proceso transitivo de una cultura a otra, porque este no consiste solamente en adquirir una cultura, que es lo que en rigor indica la voz anglo-americana aculturación, sino que el proceso implica también necesariamente la pérdida o desarraigo de una cultura precedente, la que pudiera decirse una parcial desculturación y, además, significa la consiguiente creación de nuevos fenómenos culturales que pudieran denominarse neoculturación”. Quien se adelantó a dichas palabras fue el peruano José María Arguedas, quien en 1968 se opuso terminantemente a que lo llamaran aculturado: “Yo no soy un aculturado: yo soy un peruano que orgullosamente, como un demonio feliz, habla en cristiano y en indio, en español y en quechua.
Esta tensión dialéctica se manifiesta en el aforismo más famoso del Manifiesto Antropófago: “Tupí or not tupí, that is the question”; los tupí son una etnia indígena brasilera, por lo tanto, la parodia a la célebre duda hamletiana cuestiona el concepto mismo de identidad. Hamlet se cuestiona a sí mismo su propia identidad, Brasil y América toda, también lo hace.



[1] A saber, emisor/discurso-texto/referente/receptor.


Bibliografía utilizada hasta el momento:
• Althusser, Louis: Ideología y aparatos ideológicos del Estado.
• Andrade de, Oswald: “Manifiesto Antropofágico”
• Berman, Marshal: Todo lo que es sólido se desvanece en el aire
• Polar, Cornejo: “Escribir en el aire”, 1993, s/d.
• Rama, Ángel: Transculturación de la narrativa en América Latina


Página para visitar y comparetir mas sobre el tema: http://www.imaginariopoetico.com.br/2009_11_01_archive.html